ÉTER BRILLANTE, ATMÓSFERA OPACA

Muestra individual
Futuro Museo de Cine
Agosto 2019

Sala 1
Artefacto lumínico perteneciente al espacio de exhibición, cuyo tubo de luz fluorescente titila debido a su mal funcionamiento.

Sala 2
Video monocanal en monitor.
"Eter brillante, atmósfera opaca"
Registro de las fallas lumínicas de la ciudad de Buenos Aires.
Video monocanal. 7' 27"



Éter brillante atmósfera opaca

La incandescencia y el zumbido eléctrico de las luminarias modernistas, típicamente metropolitanas y típicamente neoyorkinas, inspiraron una imagen cultural perdurable que encontró un correlato directo en las superproducciones del cine alemán antes del nazismo. En esa misma época se escribía que es la propia realidad social la que impide la formación utópica, que lo poco que vemos concretarse en dirección a lo deseable es siempre apenas un ocaso.

Hoy se posa sobre los restos de aquellas imaginaciones utópicas una atmósfera que podría verse como el ocaso del ocaso. En cada capital del mundo, la "electricidad de los deseos" fue sustituída por luminiscencias LED, una tecnología que por su bajo costo de producción y mantenimiento se vuelve ubicua. Con el fin de favorecer "el reconocimiento facial y la correcta percepción de los colores, no solo a simple vista, sino también en las cámaras de video vigilancia ", este utilitarismo hace que las ciudades, en vez de proyectarse hacia la abstracción de lo desconocido, se plieguen sobre sí mismas y sobre sus habitantes como un puercoespín o un organismo paranoico. Al revés de lo que promete, el LED genera un efecto de opacidad sobre la escenografía donde lo social trata de reproducise.

El surgimiento de paisajes urbanos disfuncionales, incapaces de garantizar siquiera la estabilidad de su propia imagen, señala otro quiebre entre las comunidades y lo público.

Pero así como la producción eléctrica condicionó la evolución y el despliegue territorial del cine, una respuesta contra el cuerpo afiebrado de las ciudades puede llegar a tener lugar desde el mismo cine, envuelto también en su ocaso. Un cine sin definiciones claras y que dure apenas un par de segundos, que copie los intervalos de un artefacto lumínico imperfecto. Nuestra voluntad de hablar de un "realismo contemporáneo" puede tomar la forma de un cine-objeto, de un cine-ojo, de un cine-índice que mezcle las relaciones humanas con relaciones de aspecto. Un cine-índice de las muchas formas de mover la mano que hay para encontrar una imagen.

El cine de hoy, de Karina Peisajovich, es un cine de lo social encarnado en la obra pública deficiente y está dedicado al volk porteño. Señala como vive a través del aire oscuro a nuestro alrededor, en forma de lo óptico y en forma de lo político.

Futuro Museo de Cine
Agosto 2019

 

 

 

 






     
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