Máquina de hacer color (suite de ocho movimientos) consiste en la proyección de 8 haces circulares de luz que se intersectan sobre la pared, cambiando de color en el transcurso del tiempo.
La obra compone infinitas combinaciones de color aleatoriamente, a la manera de un gran círculo cromático mutante. Los colores, al ser luz, se despliegan en su pureza y en su mutua contaminación, pero están sueltos, representándose a si mismos, desinhibidos de su función de pátina de las cosas. El color luz incide sobre el espacio con su propia pulsión volumétrica revelando las condiciones de posibilidad de lo visible.


 



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